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jueves, 25 de noviembre de 2010

ENTRE CALAS

La siguiente ristra de fotografías están sacadas entre Zumaia y la cala de Mendata . Todas están hechas en el mes de Septiembre de este año. Como dice el panadero ¡Casi casi recién sacadas del horno!











































































No hay mayor gozada que levantarte un día muy temprano, de noche, y dirigirte en coche a Elorrieta. Todavía de noche bajar la dura pendiente hasta alcanzar la costa. Una vez allí buscas un buen aposento entre las piedras y te preparas un buen y cremoso café. Y a esperar a que amanezca. Mirando al horizonte el sol sale a tu espalda y el juego de sol y sombras es impresionante como se puede ver en las cuatro siguientes fotos.


































































































































sábado, 20 de noviembre de 2010

AGONÍA Y MUERTE

En los txikiteos de los findes hemos hablado algunas veces de la muerte. Destino al que todos tenemos que llegar alguna vez, ¡mas tarde que pronto espero!. La forma de morir elegida varía de unos a otros pero todos tenemos una idea en común: ¡Que sea rápida! Vamos que no te enteres y no te dé tiempo a pensar en ello. Sin agonías.



El de las fotos de abajo era un jovenzuelo. Tenía apenas diez años. Toda una vida por delante que se vio truncada a las 14:30 horas del día 5 de Noviembre del año 2010. Treinta y cuatro horas antes entró en un estado agónico del que no pudo salir.
Pero queda el consuelo, triste consuelo, de que después de su incineración se reencarnará en vaya usted a saber. Siendo optimista se podrá transformar en vigas maestras de un hospital, o en carriles de ferrocarril, o en piezas de lavadoras con que limpiar todas nuestras mierdas. Pero también se podrá transformar en parte de la cubierta de una fragata de guerra, o en fusiles de asalto para equipar a esos ejércitos guardianes de la paz mundial, o en minas antipersonas que se venderán y sembrarán en cualquier país llamado tercermundista .

Treinta y cuatro horas son muchas horas para para estar consciente esperando a la muerte, y viendo el posible futuro que le espera en su próxima vida, cuando antes suceda el fatal desenlace mejor. Descanse en paz.


En fin, escribiendo esto y antes de que me entre la depre, me voy a meter entre pecho y espalda un gintonic. O dos.










AGONÍA


































MUERTE















































FIN
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