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lunes, 14 de enero de 2008

DESDE MI COCINA

Las cocinas de ahora ya no son como las de antes. Las de antaño eran grandes, espaciosas, y eran el centro de reunión de la casa. Me acuerdo, cuando era pequeño, de la cocina que teníamos en casa de mis padres. Era enorme. Había dos mesas, una para comer y la otra, de madera, tenía un pequeño tornillo de banco. Era la que utilizaba mi padre para quitar las rebabas a unas piezas que traía del trabajo para sacarse un sobresueldo. Todos en casa, cuando teníamos un poco de tiempo libre, participábamos en el trabajo. Era una práctica muy común en Eibar en épocas de bonanza económica. Era frecuente estar todos juntos a las tardes alrededor de los fogones, mi madre haciendo la cena, mi padre en su mesa, y nosotros, los tres hermanos, haciendo los deberes de clase en la otra. En las largas noches de invierno encendíamos la cocina económica de carbón y su olor y calor característico inundaba toda la casa. La cocina era el centro de reunión. Eran otros tiempos. Todavía no había televisión en casa.
Las cocinas de hoy en día se han convertido en la mínima expresión. Los metros cuadrados que se les ha robado se le han añadido a los salones, siendo éstos actualmente el centro de operaciones de la casa. Yo mi cocina la utilizo, aparte de para las labores gastronómicas, como retiro voluntario para fumar mis cigarros clandestinos en el exilio. Lo que han sido las cocinas y a lo que han llegado actualmente. Que pena.
Los que tenemos la suerte de vivir en un tejado, digo suerte porque no tenemos a nadie por encima que nos dé la lata, podemos algunas veces ver unos amaneceres como el de ayer. La noche había sido ventosa , casi huracanada, y al levantarme me fui a LA COCINA a preparar el desayuno y a fumar el primero del día. Un intenso tono rojizo atravesaba la puerta de la terraza, y al salir a ella vi como el cielo estaba totalmente colorado. Sabía que ese tono no iba a durar mas de dos minutos por lo cual cogí la cámara de fotos y sin trípode, no daba tiempo, hice las tres fotografías de abajo. En la primera foto se puede ver, abajo a la izquierda, la figura del monte Karakate con su enorme antena en su cúspide.














Nada que ver con el paisaje que me encontré hace dos años (Enero de 2006).
Fue una hermosa nevada como puede verse en la panorámica de abajo.
Si se da doble click en las fotos se ven a tamaño real



Y como me parece una entrada un poco escasa en fotos, abajo pongo dos txabolas que se ven desde la terraza de MI COCINA.
















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